miércoles, 23 de abril de 2014

La Pasión en Casa Vida


Ya pasó, ya terminó la Semana Santa, un tiempo de celebraciones litúrgicas (bonitas pero largas), vigiilias, Horas Santas, Via Crucis, comidas y eventos varios junto a los jóvenes que gozaban de unos días festivos; libres de clases y por tanto, reboloteando por la Casa, por suerte, todos pudieron visitar a sus familias.




Aunque es la segunda vez que puedo disfrutar del espectáculo pachacamino del Via Crucis, creo que nunca dejará de sorprenderme el realismo de un show que reproduce con bastante realismo lo que pasaron Jesús y los ladrones hasta verse crucificados en lo alto de sus respectivas cruces. Increíbles y estremecedores los golpes que reciben los delicuentes que acompañan al personaje principal de la escenografía donde participa gran parte del pueblo, de una u otra forma. Los chicos alucinaron, pues nunca lo habían visto.
Algún limeño visitante dudaba si el gringo que iba acompañado de tanto niño (yo), formaba parte de todo aquello o era un mero espectador más, por las pintas bíblicas más que nada... 

El papel que sí me tocó interpretar fue el de discípulo durante la Misa, en Q.Verde, del Jueves Santo en el lavatorio de pies. Esto, porque se decidió que los catequistas fueran los "agraciados". Algo menos doloroso y menor carga interpretativa que el papel de Jesús que  en alguna ocasión se insinúo que realizaría en Pachacámac.




El lunes pasado tuve la oportunidad de poder asistir a un velorio (velatorio) a la vieja usanza serrana, costumbres que cada vez se ven menos en Lima y que con el tiempo llegarán a desaparecer de la sierra ya que las nuevas generaciones van dejando atrás lo auténtico, característico y ancestral. Antes ya había podido asistir a varios, a más de los que me habría gustado en estas tierras, pero nunca entre quechua hablantes...
La relación que tienen los peruanos (y los antiguos, más todavía) con la muerte y su vínculo con los vivos es más estrecha, más cercana. Conservan un sexto sentido, "un arte" para percibir lo que no se puede ver a priori, que nosotros los occidentales no tenemos, talvez, tan desarrollado. 

La curiosidad mayor de este velorio es que sobre una camilla, y mientras los familiares se organizaban a su alrededor a la luz de las velas, se situaba una silueta vacia, las mejores ropas del fallecido recreando su cuerpo, todo: zapatos, pantalones, camisa, chompa, gorra... Esto se realiza a los 5 días después de que la persona nos haya dejado para despedirle como es debido ya que, su espíritu, o ente (según la creencia), todavía continúa deambulando cerca de aquellos a los que estimaba. La ropa luego se repartirá entre los familiares para conservar el recuerdo del que deja este mundo. 




En otro orden de cosas, he de confesar que eché de menos a la familia y amigos en días de unión y cercanía, y así la Semana Santa mahonesa junto a la Cofradía del Santo Sepulcro.

Este sábado celebramos el III REMATE SOLIDARIO DE ROPA pro fondos Casa Vida, lo que significa, chamba durante la semana (y más pensando que mi compañero Juanjo está en la selva pasando unos días), de la que esperamos sacar unos 2.000/s. que nos faltan para poder comprar una Mototaxi.
Veremos.

Aleeeeee un beso!


viernes, 11 de abril de 2014

Desde la combi con cariño


Sí lo sé, llevo un par de semanas sin pasar por acá. No es que no quiera escribir pero es que cuando puedo hacerlo, es a partir de las 21h. normalmente, cuando los jóvenes ya están en sus habitaciones; a esas horas y después de una larga jornada, mi inspiración es paupérrima, os pido disculpas "incondicionales lectores". Ahora escribo en una combi (tengo una hora de camino hasta mi destino cerca de Lima centro), en la agenda para luego transcribirlo.

Así como estamos en la CASA la coordinación entre los voluntarios debe ser óptima ya que somos pocos. Lo ideal es estar 3 educadores (ahora somos 2) más el Padre que va y viene. No nos va mal, pero cuando el gallinero está revolucionado, hay reuniones, eventos, compromisos, contratiempos... puede llegar a quemar. Gracias a un acuerdo, los jueves son para mí, lo que hace que pueda desconectar de la vida comunitaria.
Benditos jueves. 




Una de las problemáticas a las que nos veníamos enfrentando durante los últimos días es la falta de compañerismo o solidaridad entre los adolescentes acogidos (6). Al venir de ambientes distintos cada uno de ellos, necesitan su tiempo para adaptarse al "modus vivendi" y/o rutinas propias del Hogar. 
Si ya existen riñas entre hermanos de sangre dentro de una misma familia, imaginaos juntar 6 "pimpollos" en plena edad del pavo  con las hormonas revolucionadas, cada uno con su carácter e historia de vida personal y sin ningún tipo de vínculo afectivo con el resto miembros de la Casa (a priori). Boom!


(Cerro Pampa Limay)


Hace poco, mis compañeros asistieron a una convocatoria de Casas Hogar próximas a la zona en la que nos situamos (yo no, tenía reunión de padres como apoderado de José). La propuesta de este tipo de convenciones es para poner en común distintos temas que posiblemente afecten a todos en mayor o menor grado, una especie de mesa redonda para compartir y buscar soluciones a situaciones del día día. 
Según parece, cada vez menos hogares quieren/pueden dar asistencia a preadolescentes de 12 en adelante, cuando el joven empieza a "descubrir"... Ahora existen "avances" u opciones que hace 10 años no estaban al alcance, o al menos no tanto. 


(Lima desde S. Cristobal)


"Sin comerlo ni beberlo" somos un referente, a los demás centros les sorprende nuestra forma de funcionar: más familiar, más cercana, más directa, sin tantas restricciones como se imponen en otros entornos parecidos. Tenemos la suerte de ejercer como lo llevamos haciendo, porque nuestros acogidos son pocos (de momento), creando por consiguiente un clima más cálido y normalizado. Evidentemente, también la cagamos, y mucho, no creáis que somos infalibles en esto de dirigir una jauría de jóvenes internados en una Casa Hogar. Eso sí, lo hacemos lo mejor que podemos/sabemos.




Estamos a las puertas de la segunda Semana Santa (para Juanjo y para mí) en el país, días festivos en los que celebramos la Muerte y Resurrección del Señor. Este año ya no disfrutaremos del espectáculo pachacamino como "visitantes" sino como residentes peruanos responsables de una Casa Hogar a pleno rendimiento. Otra perspectiva. Echando la vista atrás, uno se da cuenta de lo que han cambiado las circunstancias y lo que hemos progresado con la ayuda de TODOS. Gracias.

Aleeeee besos.