viernes, 24 de enero de 2014

A picotazo limpio


¡Buenas! Así como vine comentando, el Río ya trae abundante agua y con él llegaron a parte de la diversión para todos, las molestas moscas e incómodos "zancudos", entonces todos los miembros de la Casa llevamos las piernas masacradas. Más que nada, se centran en la parte de los tobillos y hasta las rodillas, tal vez por la proximidad con el suelo o la temperatura de la sangre en esa concreta zona, no lo sé, la cuestión es que las marcas rojas destacan en nuestra bronceada piel mientras andamos rascándonos cual perro pulgoso aunque nos pongamos repelentes y "pulseras mágicas" para protegernos.




Con los chicos estamos terminando de pintar una de las Capillas y en breve iniciaremos con otra.
En el Hogar no cesan los avances y mientras unos instalan mosquiteras, necesarias; otros vallan con alambre de púas la propiedad, no tanto pensando en los posibles cacos, sino para evitar los paseos matutinos de nuestro estimado Jaimito que deambula por el CPR buscando pan, si si, así se las gasta: cada vez está más espabilado, llegando a ingeniárselas para salir estando todas las puertas cerradas, son increíbles los avances que observamos en él día a día. Un progreso continuo digno de admirar, ¡Jaimitooooo!




También, en Casa: Juanjo construyó una bonita jaula para pájaros, contamos con varios; se colocan cristaleras pendientes en la "Casa Azul"; se excava un silo de 2 compartimentos para las aguas fecales, uno de 8m. de profundidad (con el que contábamos, está ya saturado y no filtra, dejando por lo tanto, un riachuelo nauseabundo en la calle), éste representará un gasto importante pero por suerte unos amigos se encargarán de financiarlo, la verdad, no nos podemos quejar. Éstos entre "algunos otros" son nuestros quehaceres diarios durante estas fechas.

¡Ah! a todo lo comentado hay que añadir que volvemos a estar faltos de agua, en Pachacámac nos lavan la ropa, suerte que contamos con esta baza.

Durante en el fin de semana estuvimos en la Playa de Punta Negra, disfrutamos como enanos, habían olas de 3 o 4m. que rompían con fuerza en la misma orilla; no era lo más seguro del mundo aventurarse, aún así nos desahogamos de lo lindo, siempre pendientes de nuestros pupilos que no se achantan ante nada, incluido Jaime. Aunque no sople viento, las olas acá son enormes debido a que nos situamos frente al Océano. 




Otra salida bonita que planteamos hace unos días fue a la zona de Pescadores de Chorrillos y el Cristo Morado del Pacífico cuando el sol ya daba últimos coletazos regalándonos una bonita puesta de sol y luego una noche en la que desde el Cerro del Morro Solar se descubría la ciudad de Lima iluminada. Aunque ya habíamos subido allá hacía unos meses (de día), hacerlo de noche fue algo distinto y mágico, nos trajo recuerdos bonitos a la mente.

¡Aleeeee besos!





martes, 14 de enero de 2014

Una Punta Hermosa restringida


¡Buenas! ¿Qué tal habéis empezado el año? por acá las cosas marchan, la verdad es que no nos podemos quejar, aunque si en esas nos ponemos: con el calor que hace se hace un tanto incómodo ponerse a chambear, pero bueno, es lo que hay y toca adaptarse, no hay problema. 

Al tener los chicos vacaciones de Verano, alternamos jornadas de trabajo en Casa; pintar las sacristías de un par de Capillas de los alrededores, donde los adolescentes trabajan a cambio de una remuneración que administramos los educadores; descansos en el río; así como días de playa; entre otros quehaceres.
Al situarnos cerca de la costa, en "pocos minutos" nos plantamos en la arena de "San Pedro", "El Silencio", "Punta Hermosa"..., gracias a lo cual vamos conociendo el bello entorno que nos rodea.




Cabe destacar que aquí cada playa tiene su reglamentación particular dependiendo de la Municipalidad que la administre, la última "aventurilla" fue la que nos ocurrió yendo a Punta Hermosa donde quedamos enemistados con la mayoría de los íbamos encontrando por el camino.
La primera fue al querer parquear el carro, al no dejarnos acceder a las cercanías de la playa tuvimos que dejarlo más arriba, en la zona residencial; cuando ya lo teníamos acomodado sale un señor de su morada y nos exige que apartemos el carro de allá porque en esa plaza aparcan sus amigos (estacionamiento totalmente público). Verídico.
Después de discutir largo y tendido con él terminamos moviendo el vehículo por miedo a las reprimendas de los vecinos. En el siguiente lugar donde aparcó Juanjo también nos pusieron problemas, nos exigían s/.10, al no querer soltar un sol por aparcar en estacionamientos públicos lo movimos otra vez, ahora ya un tanto asqueados.




Al acercarnos a los aledaños de la playa unos trabajadores de la Municipalidad nos indicaron que con comida no podíamos ingresar, por motivos de salubridad pública y para evitar dejar desperdicios, después de volver a renegar con la amable señorita, tuvimos que almorzar en la acera ante la atenta mirada de paseantes y transeúntes. Pues éramos 3 gringos, Jaime y los dos jóvenes, una estampa.
El motivo real es que los vendedores ambulantes que se sitúan en la playa también trabajan para la alcaldía o así pagan un tributo por ofrecer bloqueadores (crema solar), sombrillas, refrescos, chelas (cervezas), galletitas, caramelos... a los bañistas. 

Cuando conseguimos entrar en la bonita playa, eso si lo tiene la playa, es de las mejores que hemos pisado, nos prohibieron jugar con una pelotita de tenis aludiendo el peligro de alcanzar a alguien con ella... el colmo ya.
Es curioso, se podían ver a jóvenes tomando alcohol y eso sí está permitido pero no jugando con pelota debido a la prohibición municipal.

Éstas y otras muchas circunstancias son a las que nos cuesta adaptarnos en ocasiones ya que no entendemos y sorprenden, pero que le vamos hacer... así son las cosas, y así se las hemos contado.





lunes, 6 de enero de 2014

Bon any!


Hace un tiempo que llegué de pasar unos días alejado (físicamente) de Casa Vida, estuve pasando las jornadas previas al 31 y posteriores, en "La Merced", la capital de Chanchamayo, en el departamento de Junín, en el Perú; que se encuentra a unos 751msnm y a 400km. de Casa y así a 9h. de Lima, en autobús. La ciudad está en la orilla occidental del río Chanchamayo que luego, se convierte en el río Perené, un afluente del famoso Amazonas.

Un viaje que mereció la pena por los increíbles paisajes que allí pude descubrir, hablamos de la puerta de entrada a la selva peruana. Maravilloso. En comunión con el entorno disfruté de una vegetación exuberante y hermosa; cataratas bestiales y con caídas de 100m. algunas; húmedas y divertidas caminatas; la visita a una comunidad indígena; comidas y tragos exóticos...

Para muestra, un botón, ¡Feliz año!



De camino a la catarata de Tirol (San Ramón)



Tirol



Puente colgante Kimiri (90m. longitud)



Comunidad nativa Marankiari



El velo de la novia (120m. de caída)



Bayoz (3 caídas de 60m.)



Catarata de la Reyna



Río Perené