martes, 14 de enero de 2014

Una Punta Hermosa restringida


¡Buenas! ¿Qué tal habéis empezado el año? por acá las cosas marchan, la verdad es que no nos podemos quejar, aunque si en esas nos ponemos: con el calor que hace se hace un tanto incómodo ponerse a chambear, pero bueno, es lo que hay y toca adaptarse, no hay problema. 

Al tener los chicos vacaciones de Verano, alternamos jornadas de trabajo en Casa; pintar las sacristías de un par de Capillas de los alrededores, donde los adolescentes trabajan a cambio de una remuneración que administramos los educadores; descansos en el río; así como días de playa; entre otros quehaceres.
Al situarnos cerca de la costa, en "pocos minutos" nos plantamos en la arena de "San Pedro", "El Silencio", "Punta Hermosa"..., gracias a lo cual vamos conociendo el bello entorno que nos rodea.




Cabe destacar que aquí cada playa tiene su reglamentación particular dependiendo de la Municipalidad que la administre, la última "aventurilla" fue la que nos ocurrió yendo a Punta Hermosa donde quedamos enemistados con la mayoría de los íbamos encontrando por el camino.
La primera fue al querer parquear el carro, al no dejarnos acceder a las cercanías de la playa tuvimos que dejarlo más arriba, en la zona residencial; cuando ya lo teníamos acomodado sale un señor de su morada y nos exige que apartemos el carro de allá porque en esa plaza aparcan sus amigos (estacionamiento totalmente público). Verídico.
Después de discutir largo y tendido con él terminamos moviendo el vehículo por miedo a las reprimendas de los vecinos. En el siguiente lugar donde aparcó Juanjo también nos pusieron problemas, nos exigían s/.10, al no querer soltar un sol por aparcar en estacionamientos públicos lo movimos otra vez, ahora ya un tanto asqueados.




Al acercarnos a los aledaños de la playa unos trabajadores de la Municipalidad nos indicaron que con comida no podíamos ingresar, por motivos de salubridad pública y para evitar dejar desperdicios, después de volver a renegar con la amable señorita, tuvimos que almorzar en la acera ante la atenta mirada de paseantes y transeúntes. Pues éramos 3 gringos, Jaime y los dos jóvenes, una estampa.
El motivo real es que los vendedores ambulantes que se sitúan en la playa también trabajan para la alcaldía o así pagan un tributo por ofrecer bloqueadores (crema solar), sombrillas, refrescos, chelas (cervezas), galletitas, caramelos... a los bañistas. 

Cuando conseguimos entrar en la bonita playa, eso si lo tiene la playa, es de las mejores que hemos pisado, nos prohibieron jugar con una pelotita de tenis aludiendo el peligro de alcanzar a alguien con ella... el colmo ya.
Es curioso, se podían ver a jóvenes tomando alcohol y eso sí está permitido pero no jugando con pelota debido a la prohibición municipal.

Éstas y otras muchas circunstancias son a las que nos cuesta adaptarnos en ocasiones ya que no entendemos y sorprenden, pero que le vamos hacer... así son las cosas, y así se las hemos contado.





1 comentario:

  1. Es pròxim dia armau ses bicis i alguna cosa que us faci de xerxa de volei! xD

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