martes, 26 de noviembre de 2013

Mesa para 40


Así como veníamos planeando, hacía ya un tiempo, hemos conseguido que uno de "nuestros" jóvenes (y los futuros provenientes del Hogar La Aurora) ingresen el año que viene al Colegio Parroquial de Pachacámac en el que tenemos alguna competencia y facilidades varias. En éstas nos hemos movido esta semana; a mi en concreto me ha tocado ir a evaluaciones psicológicas, entrevistas con la directora, reuniones y demás formalidades para estar al corriente de todo lo necesario.

Aunque el cambio sabemos que no será fácil por la diferencia de nivel, compañeros, horarios... creemos que será lo más beneficioso para todos. Todo lo acontecido no deja de ser un entrenamiento, así como muchas otras situaciones cotidianas, para el día de mañana. Divertido.


Pensando en la adaptación de los futuros inquilinos de la Casa Vida y que hemos tenido un puente largo de 4 días, volvimos a tener con nosotros a los pequeños que en breve serán miembros permanentes de la familia, con ellos disfrutamos de un almuerzo junto a nuestros amigos del Cenáculo con los que compartimos una alegre jornada de mesa y fútbol en Quebrada Verde. Hablamos de más de 40 comensales, en otras circunstancias habría sido un stress, pero así como se dieron  los acontecimientos podríamos catalogarlo de: éxito.



Ya que el sol comienza apretar bastante, hemos aprovechado para ir a la playa, donde los jóvenes disfrutan de lo lindo (y nosotros, los educadores, también). Aunque el agua está bastante fría, ellos se zambullen sin problema, yo, orgulloso, puedo anunciar que ya me he dado el primer baño de la temporada 2013/14.

Los papeles y las idas a Lima no cesan para lograr la residencia peruana, espero que en breve pueda anunciarlo ya de manera oficial. Siempre falta algún papel o trámite pero ahora, y después del entrenamiento al que nos estamos sometiendo, nos lo tomamos con filosofía así como tantas y tantas situaciones diarias.



lunes, 18 de noviembre de 2013

EJE y demás apuntes


Hace tiempo que no abría el blog, siento si alguien esperaba con ansia una entrada...
La vida continúa acá en la la Casa Vida, ahora y desde hace unas 2 semanas con 3 misioneros llegados desde Mallorca para 1 mes. Una gran noticia es que a Julia (la voluntaria que pasó el mes de Octubre junto a Pilar), en el trabajo, le han dado un permiso que aprovechará para venir a pasar con nosotros unos meses, chévere. 

Algo que a seguramente a alguno le gustará saber, o no, (y seguramente ya sabía, o se imaginaba) es que he tomado la decisión de no volar con el avión que me llevaría hasta mi querida isla durante el mes de Febrero, así como se presuponía en un inicio, cuando se habría cumplido un año en  Perú; por lo que mi estancia acá se alargará algún día más. Sé que esto apena a más de uno y más pensando en la gente que de verdad me quiere y estima, pero tranquilos que estaré bien y que más pronto que tarde, estaré por allá disfrutando de familia y amigos. Alegraos por mí.



Algo que me ha tenido un tanto preocupado esta semana ha sido la celebración del EJE, durante el fin de semana, para los jóvenes que se están preparando para la Confirmación, en las capillas de Pachacámac, y por ende la nuestra, la de Quebrada Verde.  Para este retiro de "Encuentro de Jóvenes en el Espíritu" es vital la colaboración de las familias por lo que estuve coordinando hasta allá donde pude para lograr el éxito del programa (lo conseguí).
Lo que ocurre en el EJE, se queda entre las 4 paredes en las que se celebra, pero para hacer una idea comentaré que es una especie de bofetada emocional que puede provocar una ruptura en el interior del joven para así lograr algún cambio positivo en su forma de entender la vida, la estima a la familia, la suya personal... Salí de allí tocado, aunque no sé hasta que punto lo veo con buenos ojos, es difícil evaluarlo y tampoco soy quien.



Durante la última semana, el trio que conforman Eugenio, Juanjo y yo, estuvimos pasando una de las jornadas en el Monasterio de la Encarnación de los Benedictinos para poner en orden ciertos puntos y comentar la jugada en relación al Hogar y su ambiente. Poder ver una pequeñísima parte de como conviven los monjes fue algo curioso en muchos aspectos.

(Monasterio de la Encarnación)


domingo, 3 de noviembre de 2013

Como cambian las cosas…


Si si, como cambian, hace un año, estaba pasando un fantástico mes de noviembre en Francia (Novembre Français) visitando infinidad de bonitos parajes entre Burdeos, Lyon y Périgeux con una magnífica compañía y disfrutando de increíbles instantes pero sin un rumbo claro de lo que haría con mi existencia. Muchas eran las posibilidades. Hasta que fruto de la Gracia (otros lo llamarán destino, otros Karma y otros casualidad…): di con la opción peruana en la que me encuentro enfrascado y plenamente satisfecho; ya que la CASA HOGAR VIDA, me llena precisamente de eso, de VIDA. Una Vida al servicio y en la que me encuentro a gusto (ojalá más gente pudiera experimentar lo que yo, soy muy consciente de que soy un verdadero privilegiado), teniendo en cuenta que es algo por lo que merece la pena luchar, superando todas las adversidades que se presenten en el camino, tanto de acá como de allá. Nadie dijo que fuera fácil.



Entre otros acontecimientos, las niñitas, Valeria y Yasumi abandonaron el Hogar, más tarde de previsto, pero esto es Perú, ¿que esperábamos? Fueron llevadas a algún Hogar donde se supone las acogerán así como se debe. Con ellas, llegamos a encariñarnos mucho (también hubo algún momento en el que la bebé me puso de los nervios, todo sea dicho) pero sabíamos que nuestra Casa, así como está acondicionada a nivel de personal, no está preparada para acoger de manera permanente edades tan tempranas.




El poder ver a Jaime y a los jóvenes como actuaban con las pequeñas era algo digno de admirar, la estimulación que producían las pequeñas, fue algo precioso y sorprendente. Aunque haya gente que todavía no comprenda la modalidad de Hogar que está naciendo, comprobamos que la interacción, siempre bajo supervisión, entre unos y otros, es beneficiosa para todos.

Las que también nos dejaron fueron Julia y Pilar que desempeñaron una importante labor en el tiempo que permanecieron en Casa, dejando así un hueco difícil de cubrir y sabiendo en todo momento lo que implica la palabra "misionero", esperamos verlas pronto otra vez entre nosotros.



El Martes tuvimos el encuentro de Mallorca Misionera, una diada que sirvió para que monjas, sacerdotes, laicos y demás expusieran su razón de ser en el Perú… verdaderos luchadores/as incansables que merecen un gran reconocimiento por la misión cumplida. Nosotros como casa hogar todavía estamos naciendo.

Acá ya empieza a asomar el verano, la climatología nos regala jornadas de puro sol (el de aquí más picante que el isleño) que invitan más a playa que a chamba. La que hemos visitado ya en par de ocasiones con los jóvenes que disfrutan como enanos, ellos más acostumbrados al Rio ya que son de la sierra profunda peruana.