domingo, 3 de noviembre de 2013

Como cambian las cosas…


Si si, como cambian, hace un año, estaba pasando un fantástico mes de noviembre en Francia (Novembre Français) visitando infinidad de bonitos parajes entre Burdeos, Lyon y Périgeux con una magnífica compañía y disfrutando de increíbles instantes pero sin un rumbo claro de lo que haría con mi existencia. Muchas eran las posibilidades. Hasta que fruto de la Gracia (otros lo llamarán destino, otros Karma y otros casualidad…): di con la opción peruana en la que me encuentro enfrascado y plenamente satisfecho; ya que la CASA HOGAR VIDA, me llena precisamente de eso, de VIDA. Una Vida al servicio y en la que me encuentro a gusto (ojalá más gente pudiera experimentar lo que yo, soy muy consciente de que soy un verdadero privilegiado), teniendo en cuenta que es algo por lo que merece la pena luchar, superando todas las adversidades que se presenten en el camino, tanto de acá como de allá. Nadie dijo que fuera fácil.



Entre otros acontecimientos, las niñitas, Valeria y Yasumi abandonaron el Hogar, más tarde de previsto, pero esto es Perú, ¿que esperábamos? Fueron llevadas a algún Hogar donde se supone las acogerán así como se debe. Con ellas, llegamos a encariñarnos mucho (también hubo algún momento en el que la bebé me puso de los nervios, todo sea dicho) pero sabíamos que nuestra Casa, así como está acondicionada a nivel de personal, no está preparada para acoger de manera permanente edades tan tempranas.




El poder ver a Jaime y a los jóvenes como actuaban con las pequeñas era algo digno de admirar, la estimulación que producían las pequeñas, fue algo precioso y sorprendente. Aunque haya gente que todavía no comprenda la modalidad de Hogar que está naciendo, comprobamos que la interacción, siempre bajo supervisión, entre unos y otros, es beneficiosa para todos.

Las que también nos dejaron fueron Julia y Pilar que desempeñaron una importante labor en el tiempo que permanecieron en Casa, dejando así un hueco difícil de cubrir y sabiendo en todo momento lo que implica la palabra "misionero", esperamos verlas pronto otra vez entre nosotros.



El Martes tuvimos el encuentro de Mallorca Misionera, una diada que sirvió para que monjas, sacerdotes, laicos y demás expusieran su razón de ser en el Perú… verdaderos luchadores/as incansables que merecen un gran reconocimiento por la misión cumplida. Nosotros como casa hogar todavía estamos naciendo.

Acá ya empieza a asomar el verano, la climatología nos regala jornadas de puro sol (el de aquí más picante que el isleño) que invitan más a playa que a chamba. La que hemos visitado ya en par de ocasiones con los jóvenes que disfrutan como enanos, ellos más acostumbrados al Rio ya que son de la sierra profunda peruana.



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