El pasado fin de semana, tuvimos la suerte de tener con nosotros a dos jovencitos del Hogar de la Aurora, del que si todo va bien, a partir de la temporada próxima, vendrán a convivir con nosotros. Su estancia en la CASA fue bien bonita y nos ayudó a tomar ejemplo de disciplina y buenas maneras adquiridas en otros centros amigos. Nuestros discípulos (así como los llamaban Romel y José) se adaptaron con facilidad a nuestra forma de funcionar, pero así como es normal, también alucinaban debido a que vienen de un ambiente más marcado y estricto tratándose de un Hogar con dos docenas de niños y niñas de hasta los 12 años.
(Valeria, José y Yasumi)
Durante los últimos días, tenemos con nosotros a dos hermanitas, una de 5 añitos y otra de 9 meses, hasta encontrarles el Hogar idóneo (o aquel en el que existan plazas). Son un encanto y dan VIDA a la Casa, vienen de vivencias comprometidas y por ellas tratamos de acomodar nuestra realidad a sus necesidades (así como venimos haciendo día a día con tantos otros).
La verdad es que se escuchan tantas y tantas atrocidades a las que no podemos dar respuesta, que uno intenta no pensar demasiado en lo que le rodea porque ello puede hacer perder la cordura y la paciencia.
El día jueves, recibimos en Pachacámac al Sr. Obispo de Mallorca y a la Delegada de Misiones de Mallorca, su recibimiento, un verdadero espectáculo con banda de música incluida, acá son muy dados a estas cosas... El porque de esto es el gran apoyo que la Diócesis de las Islas presta a la de Lurín creando un vínculo de estima, cariño y amor entre ambas.
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