viernes, 24 de mayo de 2013

Así están las cosas


Aunque en casa, o cerca de ella, ya nos situaríamos en el día en el que mi madre me bien parió hace 25 años, acá todavía no. Será curioso festejar, el 25, mis 25 primaveras en un ambiente que hace unos 6 meses no conocía y del que no había oído ni hablar (disculparme por mi incultura pero creo que no soy el único que se encontraba en ésta situación) y en el que ahora me estoy tan cómodo, ilusionado y con ansias de MÁS.



Ya que en los cumpleaños se tiende a tirar la vista atrás y recordar viejas batallitas y a ponerse al día sobre la actualidad y futuros proyectos, eso pretendo hacer en torno al proyecto "Casa Vida" que tenemos entre manos, y del que me siento artífice en una pequeñísima parte.

Durante las últimas semanas, hemos acondicionado las instalaciones del Hogar hasta hacerlas habitables, debido a ello, por la tranquilidad que ofrece el terreno, las condiciones y sensaciones, solemos quedarnos a dormir allá en días alternos, Eugenio, Juanjo y yo. No digo Mar, ya que en la actualidad reside en Chorrillos con unas monjas mallorquinas por motivos de salud.



Las últimas adquisiciones y/o donaciones con las que nos hemos hecho para la Casa, siempre gracias a la providencia, son literas que hemos ido montando y que nos han llevado de cabeza porque ninguna de ellas encajaba como debía; colchones, de altísima calidad, demasiado incluso ya que nos vamos a mal acostumbrar; una lavadora/secadora prácticamente nueva; el frigider (nevera), que no funciona y que parece que mañana nos van a cambiar en tienda; un tanque de agua de 2.500 litros, ya que solamente contábamos con uno de 600; y una terma de agua, de momento únicamente pagada.

Ni que decir tiene, que yo aquí me siento muy bien y que os tengo muy presente, amigos y familiares isleños, peninsulares e internacionales y más en días como éstos; tanto, que sigo sin afeitarme, ni cortarme el pelo en vuestra memoria. Aleeeeee un beso!!



miércoles, 15 de mayo de 2013

Prision Break en el "EP Miguel Castro Castro"


Durante el día de hoy, miércoles 15 de mayo, fecha que seguramente no olvide fácilmente, hemos tenido la oportunidad de visitar las instalaciones del penal de máxima seguridad "Miguel Castro Castro", una de las cárceles más importantes y conocidas del país. El centro de reclusión, situado en el distrito de San Juan de Lurigancho, se conoce entre otras muchas cosas, por la relevancia de sus "presos políticos" con todo lo que ello conlleva; así pues, también encontramos penas de lo más variadas como son: robo, agresión, secuestro, narcotráfico, violación, asesinato...

(Quebrada Verde)

Gracias a que Miquel Parets, capellán de la institución, realizó las gestiones pertinentes, nos introdujimos en las entrañas del penal previo paso por los controles de seguridad obligatorios; nunca antes había pisado una cárcel, por lo que lo vivido no puedo compararlo a ninguna otra experiencia semejante, lo que sí que puedo destacar es la espectacularidad del "ambiente" entre negocios (bares, restaurantes, puestos ambulantes...) y jerarquías asignadas.

Al ser hoy Miércoles, día de visitas, en el penal podíamos ver a multitud de personas "paseando" por las distintas estancias (a parte claro de los habituales), madres, novias, esposas, "trabajadoras", familias al completo y demás visitantes. Debido a esto, era importante extremar las medidas de seguridad para no incomodar a unos y otros, cuando pasábamos cerca las celdas, divididas en 12 pabellones alrededor de una "rotonda central".  

(Ventanilla, desde Comunidad Sagrada Familia)

Tal y como pasa en muchos de los centros penitenciarios de América Latina, la población interna supera con creces las expectativas iniciales, lo que hace que los pabellones estén controlados por los propios internos y no así por los guardias del INPE (Instituto Nacional Penitenciacio) que se dedican a extorsionar a unos y a otros sol tras sol. La sensación al entrar en una de las celdas mientras el inquilino nos explicaba que en su cubículo conviven hasta 4 personas, cuando deberían ser únicamente 2, es algo demoledor a nivel interno y más teniendo en cuenta que él es uno de los afortunados (fruto de un poder adquirido) ya que muchos otros duermen en los pasillos hacinados o al raso.

(Chorrillos)

Lo curioso ha sido que hasta que no llevaba unas 2h. entre barrotes, verjas, celdas y presos, no he sido verdaderamente consciente de en donde me encontraba y con quien estaba tratando de manera cordial y amena, aquellas manos que estrechaba a cada paso eran  las mismas que habían realizado actos atroces ya fuera de manera plena o inconsciente; pero tal y como nos ha dicho Carlos más tarde, un preso político y gran Artista, "acá podemos transformar la adversidad en perspectiva", espero que así sea y que no sólo traten de lograrlo los condenados sino también nosotros, los de fuera, los que podamos hacerlo.


jueves, 9 de mayo de 2013

"Sagrada Familia" o "La Ciudad de los Niños"


Vuelvo a estar por Pachacámac después de haber pasado 4 días y 3 noches ilusionantes en el MacroHogar "Sagrada Familia" en Ventanilla, cerca de Puente Piedra y situado a 3h. en transporte público; en éste se encuentran internados unos 800 niños y jóvenes. Sí 800. La Comunidad alberga todo tipo de problemáticas individuales (tal y como es de imaginar y siempre sabiendo que lo que "nos podamos plantear" se quedará corto); desde bebitos, hasta jóvenes universitarios. Un verdadero caos organizado del que me he enamorado y en el me habría quedado para pasar una temporada si mi Misión inicial no fuera otra con la "Casa Vida".



El nacimiento del centro se originó fruto de la triste muerte de uno de los hijos del dirigente, Miguel Rodriguez, que tiene la premisa desde aquel acontecimiento, de no negar nunca  la entrada de un joven a la Comunidad. En el mismo Centro, que cuenta con más de 23 años de existencia y con un crecimiento continuo, existen una Clínica Hospitalaria que presta servicio al poblado de Ventanilla y un Instituto que es donde estudian los internos, así como otros de fuera. Un complejo verdaderamente increíble y en el las cosas funcionan con un orden desordenado que es digno de admirar. 




En la Comunidad, nosotros, los misioneros isleños, amanecíamos a las 6h. de la mañana con una buena ducha de agua fría (no hay agua caliente en éstos lares), pero ya desde las 4'30h. podíamos deleitarnos con la música a todo volumen que nos regalaban los más mayores que se afanaban en labores culinarias para abastecer a todo el centro, así como otras... Mi tarea después de desayunar en el comedor con la mayoría de "Casas" (pabellones), 15 en total, era la de ejercer de profesor de EF de Primaria y Secunda, "una xalada" para ellos ya que llevaban meses sin poder disfrutar de la EF por motivos de comportamiento y una GRAN experiencia para mí. Por las noches nos dirigíamos a  la fábrica de "pansitos", un sistema de catering de desayunos que producía prácticamente las 24h. y a partir del cual se consiguen fondos abasteciendo a colegios limeños y del Callao; allí chambeábamos hasta que el cuerpo aguantaba embolsando panecillo tras panecillo.



Es importante tener en cuenta, que así como se presupone, las deficiencias o aspectos a mejorar son muchos y variados en un espacio tan y tan grande, y más aún viéndolo desde una óptica europea; pero yendo un poco más allá, y entendiendo el centro como un núcleo de educación y formación, y después de haber tenido la oportunidad de conversar con los jóvenes que ya llevaban varios años de interinaje, llego a conclusión de que como decía uno de ellos, la Comunidad es "lo máximo". 



viernes, 3 de mayo de 2013

Lunahuaná y crudo Western


Ayer estuvimos pasando el día del trabajador en Lunahuaná (traducción quechua, "el que escarmienta a los hombres") con los jóvenes de la Parroquia de Pachacámac; nuestro destino, conocido por los deportes de aventura y posibilidades turísticas que ofrece gracias a su paisaje y disposición geográfica. Está situado a casi 3h. en autobús desde Pachacámac y es uno de los 16 distritos que conforman la provincia de Cañete, en Lima.


 
 
A la llegada a Lunahuaná, pudimos pasar la mañana visitando varias bodegas de vinos y Piscos, así como el Puente Colgante,  una Fábrica de miel, y la "Casa Encantada", que de encantada tenía poco, atracción turística con una bonita historia de fondo. Aquí son muy dados a los fenómenos y creencias extrañas y/o paranormales ancestrales, y aunque yo simplemente me dedicaba a quitarle hierro al asunto, ya que nunca he sido muy de esto, algunos decían sentir "cosas", "cada un es cada un".
 
Luego, por la tarde, y después de almorzar, nos enfundamos los cascos y los chalecos para disfrutar de la práctica del canotaje (rafting), que era a lo que verdaderamente habíamos ido, una jornada completa, repleta de grandes momentos y buena compañía.


 
 
En cambio, y viniendo del día de ayer, el panorama de hoy ha cambiado y bastante, el espacio en el que nos hemos movido ha sido el CPR Manchay Bajo ya en calidad de misioneros; un auténtico western debido al panorama paisajístico y ambiental. Después de poder visitar la escuela de educación inicial de las monjitas mallorquinas (ahora ya mayores, pero con grandes aventuras y experiencias a sus espaldas) pudimos deambular por el cerro y conocer algunas de sus realidades, escalofirantes en su mayoría. Meditándolas uno llega a la conclusión que tanto tanto, no nos alejamos de los animales... Pasear y escuchar la realidad del Cerro de Manchay ha hecho plantearme la probreza de esta gente y cual sería la mejor forma de "apostar" por su progreso después de tantos intentos fallidos. No hablo de términos materiales, sino de espíritu, de falta de ánsias de mejora, de motivación por prosperar, de lucha fruto de un trabajo continuado por salir de la mierda, hablando mal y claro. Miseria humana lo experimentado, Impotencia lo que sentido.