domingo, 23 de junio de 2013

Ni caballos, ni pomada


Son las 9'30 pm del domingo 23, vípera de "Sant Joan" cuando escribo esto, 4'30 am en Menorca y alrededores, algunos de mis amigos todavía estarán de fiesta en Ciudadela celebrando la festividad por todo lo alto, así como hice yo el año pasado durante EL VERANO (y otros tantos). Aunque en varias ocasiones en el transcurso del día de hoy he pensado en ello y lo mucho que me gustaría poder estar allí, pomada en mano mientras escucho la música de los bares, sintiendo el aroma característico de nuestras fiestas, acariciando algún caballo y manteniendo conversaciones con personas que tal vez hace tiempo que no veo o acabo de conocer... no cambio la experiencia actual por nada. "Sant Joans" ha habido y habrá muchos, lo experimentado durante el día de hoy y jornadas pasadas es algo absorbente y con lo que siento verdaderamente pleno (lo cual no significa que todo de color de rosa). Espero poder decir lo mismo cuando las que se celebren sean las Fiestas de la "Mare de Déu de Gràcia", eso supongo, será otro cantar.

(Lunahuaná)

Una de las cosas que me he dado cuenta, es que no se vive nada mal sin Internet y sin TV, sé que puede parecer una locura, pero la vida es posible y se saborea de otra forma, supongo que ayuda el hecho de estar ocupado la mayoría del tiempo ya sea, chambeando en y por el Hogar, haciendo las tareas escolares junto a uno de los jóvenes que nos visita, planteando talleres, haciendo llamadas, visitando a personas que lo requieren, preparando catequesis, concertando reuniones, jugando, leyendo... absorto en un sinfín de ocupaciones que me llevan a olvidarme incluso de la Final de PlayOff de la ACB en la que salió victorioso en "Mágico Real" o de las Finales de la NBA, donde los Miami Heat se impusieron. Preocupante según se mire también.

(Esperando chamba al toque)

Muchos serían los momentos con los que me podría quedar o destacar de la semana, pero si tuviera que elegir uno, sería éste:
El Viernes le ofrecí una plata, un dinero, a una joven de 18 años (con un bebito) y a su hermano de 27 con una discapacidad física severa, "Amigos de la Casa Vida", por haber apañado unas cortinas para la sala de estar. Éstos, aunque necesitan (y mucho) el dinero, lo rehusaron alegando que no querían recibir nada por lo realizado ya que esa era una forma de agradecernos todo lo que tratamos de hacer por ellos; verdaderamente emocionante viendo las condiciones en las que viven y sabiendo las dificultades a las que hacen frente día tras día. Un acto que hizo replantearte muchas cosas y darme cuenta de que tal vez todo, al fin y al cabo, tiene un sentido, aunque a veces no seamos capaces de darnos cuenta "al toque", al momento.

(Desde la Estación de Gamarra)


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