Días de REVOCATORIA

Los días entre semana se suceden realizando trabajos de albañilería, electricista, pintor, jardinería, carpintería, diseñador... entre otros, en la Casa Hogar que estamos preparando; aunque no cesamos en la tarea (que cuando es bajo sol peruano se hace agotadora) aún queda muchísimo por hacer y más teniendo en cuenta que determinados trabajos no dependen de nosotros y sí de terceros, con la demora que ello implica. Creo que nuestra llegada a la casa se va a retrasar algunos días, ya que en un principio parecía que se produciría durante la última semana de este mes.

He de confesar que algunos de los trabajos que estoy llevando a cabo no los había desarrollado en la vida, no por vagancia o pereza sino por falta de oportunidad, en este sentido ya habría valido la pena llegar hasta aquí, aunque hay otros MUCHOS motivos.

 

 

 

 

Dejando a un lado las labores en la "Casa Vida", también estamos tratando realidades, problemáticas y situaciones que ni el mejor de los guionistas podría llegar a imaginar para plasmarlos en la gran pantalla. Verdaderamente, la realidad supera a la ficción. Poco a poco, intentamos allanar el terreno cuando consideramos que tenemos alguna competencia, pero siempre siendo conscientes de que la paciencia y el sosiego con que debemos proceder son vitales para lograr un cierto éxito.

 

 

 

 

Durante las últimas semanas y desde que llegamos a Lima, ésta ciudad y el país entero vive enfrascado en un proceso electoral de REVOCATORIA. El domingo próximo, los limeños deberán acudir a sus colegios electorales para decidir si su alcaldesa, Susana Villarán continúa o no en el cargo después de 2 años de ejercicio, la mitad de su teórico mandato. Durante ese día, las reuniones están prohibidas, así como cualquier tipo de celebración en la que se concentre un número X de personas. Interesante saber que el voto no es una opción, sino prácticamentente un deber ya que se penaliza con una multa de unos 70 soles a todo aquel que no acuda a votar. Curioso, como mínimo.

 

 

 

 

Mucha chamba y alguna herida de guerra de guerra pero todo bien, un saludo.