Aquí seguimos, hace un par de días que se cumplió un mes desde mi llegada a Lima, una ciudad llena de contrastes. Sin ir más lejos, ayer pasamos la tarde en Miraflores, uno de los 43 distritos que conforman ésta increíble capital.
Pasear por el precioso y pavimentado Paseo Marítimo que se sitúa enfrente del Pacífico, y así entre los altos hoteles de 5 estrellas, clubs deportivos repletos de pistas de tenis, casinos donde los turistas se dejan la plata, centros comerciales repletos de comercios... me creó una cierta incomodidad, un SHOCK interior, un "Pedo Mental".
Ésa es la Lima que se vende, la que se potencia al exterior, no la que aquí, en Pachacámac y alrededores, tocamos día a día. Acá no hay escaleras mecánicas, nannies ocupándose de los niños, paseadores de perros, surfistas, altas jóvenes rubias espectaculares, ropas, zapatos y complementos de las mejores marcas, cientos de cambistas por las calles... un espectáculo digno de una gran ciudad europea. Lo europeo gusta, y eso se palpa en el ambiente (y en los precios). Deambular por allí, parecía estar en otro mundo, en otra realidad totalmente opuesta, en un universo divergente donde el intercambio y el ir y venir de dinero es constante.
Dejando a un lado ésta esperpéndica visión de opulencia, ésta semana la he pasado entre cables, diseñando e instalando una pérgola y chambeando en unas barreritas para cercar algunos espacios en el Hogar, entre otras y variadas ocupaciones.
Otra de las visitas que realicé esta semana fue a la antigua Hacienda de Buenavista, situada a escasos minutos de casa, una visión de paz cuando el sol nos regalaba sus últimos rayos del día.
Ai Fede! Un mes ja! Mira com passa es temps de daveres! M'encanta que ho estiguis visquent tot a tope! Un beso molt gros! :)
ResponderEliminarJoanaaaaaaaaaaaaaaaaaaa xDDD avam quan me fas arribar un facemail i me poses al dia de com estan ses coses x s'illa q tic un poc desconectat!! esper q tot bé, un xito!!
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