He de confesar que no estoy muy inspirado en eso de escribir, pero sino lo hago ahora, ya no habrá post hasta el año que viene y yo sé que a eso a mis 4 lectores amigos les apenaría y se preocuparían en demasía (o al menos así me gusta pensarlo, no me quitéis la ilusión, son días de esperanza). Digo esto porque mañana me marcho de vacaciones a La Merced, como diría ese gran personaje del P---Barça:
¡Que no estamos tan mal!
La Navidad que estamos dejando atrás ha sido algo distinta pero no por ello menos intensa y/o bonita respecto a lo que estoy acostumbrado en el 24 de S'Arraval. Bien cierto es que echo de menos, y mucho, a los míos, familiares y amigos, pero aquí están, podríamos decir mi otra Familia, la del Hogar Casa Vida y todo lo que a Ella la rodea. Otra realidad.
El 24 a la noche estuvimos de cena y el 25 de comilona, junto a los padres y hermanas de la zona, divertido. Como peculiaridad mencionar que acá no cenan la noche del 24 hasta que no son las 24h. y después de lanzar al aire unos cuantos cohetes y fuegos artificiales; precioso ver toda Pachacámac, Villa Salvador, Lurín y hasta donde los cerros permiten, iluminando la noche oscura. Espectacular.
Durante éstos días muchos son los limeños pitucos, y no tanto, que se acuerdan de organismos como el nuestro para donar ropas, juguetes, alimentos... y demás; estamos hasta arriba de obsequios, una ALEGRÍA, pero lleva trabajo. He de confesar que ahora cuando veo panetones, cajas de ropa, etc. lo primero que pienso es: ¿que vamos hacer ahora con esto?, ¿dónde vamos a meterlo?
Se agradece que la gente piense en nosotros durante los días en los que estamos pero se podrían repartir a lo largo del año, ya que necesidades en Perú, como en muchos otros destinos, existen durante los 365 días del año y no sólo en Navidad. La gente de CPRs como el de Quebrada Verde saben la tendencia de sus paisanos y así lo aprovechan yendo de acá para allá para recibir regalos y desayunos. (Párrafo reivindicativo)
En casa las cosas van bastante bien, no podemos quejarnos, tanto para Julia, Juanjo, el Padre Eugenio y para mí es la primera Navidad en el país y se nos hace muy extraño vivirla con este calor asfixiante, se hace muy raro. A mi particularmente me cuesta asimilar que estamos en estas fechas debido tanto a la climatología como por otros tantos motivos, pero que le vamos hacer, toca adaptarse, como siempre.
Ah! por cierto, ¡María, bienvenida al Mundo!